CColima, Col., 18 de abril de 2025.- Este Viernes Santo, se realizó en la capital colimense la tradicional Marcha del Silencio, una expresión de fe que reunió a decenas de católicos y que transitó por algunas de las avenidas importantes del centro de Colima.

Decenas de católicos y laicos colimenses, se sumaron al llamado de la Diócesis de Colima, para celebrar la Marcha del Silencio la cual inició afuera del templo del Perpetuo Socorro.

Al continuar las actividades organizadas por la Diócesis, como parte de la Semana Santa, la noche de este viernes partió la Marcha, actividad que se desarrolla prácticamente en todos los templos católicos.

El recorrido inició en el Templo del Perpetuo Socorro y finalizó en la Catedral Basílica Menor, atravesando la calle Madero en un ambiente de recogimiento y solemnidad.

De acuerdo al párroco de la parroquia de La Merced, presbítero Antonio Aguirre Ruiz, la fe católica celebra con esta Marcha del Silencio, que ese día murió nuestro señor Jesucristo murió en la cruz y lo bajaron luego de morir crucificado y simboliza el trayecto que se siguió desde que lo bajaron de la cruz, hasta el sepulcro y quienes participan en esta marcha es como acompañar a madre, María santísima, en ese pésame por la muerte de su hijo.

Por eso la marcha se realiza en silencio, como en meditación, y el padre Antonio Aguirre, recuerda que esa tradición llegó de España.

En el trayecto de la Marcha del Silencio, participaron con lo que se llama el Santo Sepulcro, al Cristo muerto, el cual era y trasladado en hombros por un grupo de varones enfundados en túnicas blancas y la cabeza cubierta con un velo negro.

seguido de lo que se llama los penitentes, así como las mujeres que acompañaron a la Virgen María en su dolor, todas ellas vestidas de negro y la cabeza cubierta con un velo blanco, en señal de luto.

Al grito de “¡Silencio, Jesucristo ha muerto!”, las y los participantes caminaron por las calles y avenidas del centro de la ciudad de Colima, en honor al sacrificio de Cristo, recordando el profundo significado de estos días.

Una manifestación de fe, respeto y reflexión que año con año une a la comunidad colimense, que culminó con el Rosario del pésame, ceremonia muy llamativa, porque el templo estaba totalmente a oscuras, por lo que los feligreses se iluminaban con velas, fue un rosario viviente con la presencia de las imágenes del Cristo muerto y de la Dolorosa.

Durante el rosario del pésame, en cada misterio los distintos grupos de participantes, se unieron a ese dolor a la Virgen y leyeron los pésames, entre ellos el de un menor que se refirió a los problemas que tienen de abandono y quienes no tienen una familia.

Los jóvenes también se unieron, externando la problemática que existe en ese sector como es la drogadicción, el alcoholismo y falta de trabajo; otra de las cartas leídas en el pésame a la Virgen, hacía referencia a las madres buscadoras, donde se señaló que, así como la Virgen, ellas también han perdido a sus hijos y están sufriendo al no saber dónde se encuentran.

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