Rogelio Guedea

“La fallida marcha de Vladimir Parra”
Una de las estrategias que utilizan los políticos para encubrir su incompetencia y
algunos otros vicios es crear cortinas de humo, esto es crear acciones (de suyo rimbombantes) que distraigan a la población a fin de que no sigan enfocadas en su propia  incompetencia. Esto es precisamente lo que ha hecho el pasado domingo el diputado morenista Vladimir Parra, quien con el pretexto de la violencia que impera en nuestra entidad (en especial la generada en los últimos días con el crimen de la diputada Anel Bueno y los siete policías estatales) organizó una marcha contra la inseguridad y pidiendo la renuncia del gobernador Nacho Peralta haciendo uso de las organizaciones civiles claramente identificadas con su proyecto y con las que también él ha tenido una cercana relación desde hace tiempo ya, una relación un tanto maquiavélica que les han servido a unos y a otros para sus fines políticos,
tales como la pasada marcha, que no fue una marcha de raíz social sino política,
de ahí que haya estado lejos de ser multitudinaria, pues además no tuvo -bien hecho- el respaldo de la propia dirigencia de Morena, cuyo presidente, Sergio Jiménez Bojado, tuvo que emitir un comunicado para deslindarse de ella. Tan fue una marcha socialmente ilegítima y malintencionadamente política (pues para este fin se usó a personas de las organizaciones civiles en plena pandemia) que hubo ahí un desaguisado y choque entre diferentes grupos de marchitas, algunos de los cuales eran opositores al diputado Vladimir Parra, a quienes se les reprimió cuando se intentó protestar en contra del facineroso legislador. El fracaso de esta marcha se supo desde un principio por una sencilla razón: porque desde un principio se advirtió que era una marcha que respondía a los fines e intereses políticos de una persona y no realmente a la rabia que muchos sienten por la violencia que se vive en el
estado, lo cual habla de la poca sensibilidad que tiene el diputado Vladimir Parra y sus adláteres para sacar a parte de la población civil a protestar en medio del peor momento de la emergencia sanitaria. Esto es lo más reprobable de todo y lo que no debe permitirse. Si bien la violencia está en aumento y los últimos sucesos no deben causarnos sino indignación, es todavía peor mostrar nuestra mezquindad y vileza aprovechándonos de esa situación con fines puramente políticos y personales, como lo ha hecho el diputado Vladimir Parra y sus referidos aliados. Ojalá que la sociedad tome conciencia de esto y no se deje usar por políticos aviesos para objetivos que no tienen en términos reales ninguna repercusión en la transformación real que necesitamos experimentar en el tema de la seguridad de nuestra entidad, incluida la relacionada con la emergencia sanitaria que padecemos. Por lo demás, yo realmente espero que a la par del manejo de la pandemia, el
gobierno del estado en coordinación con los gobiernos municipales, refuercen la estrategia contra la violencia porque está resultando ya ésta, en términos reales, peor que la pandemia del Covid-19, de la cual, por cierto, apenas viene lo peor.